lunes, 26 de mayo de 2014

La colina favorita...

En aquella colina distante yacen los restos de un amor perdido, pero nunca abandonado. Arrumbados con momentos atesorados y sueños perdidos.
Esa colina es más especial que las demás, es la favorita.

Recibe constantes visitas de un pensamiento pasajero que tiene la costumbre de posarse allí, sólo para contemplar la belleza de un mausoleo que hace juego con tanta elegancia que provoca un dolor placentero.

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Mateo Moreno

viernes, 23 de mayo de 2014

Si me fuera suficiente...

Si con pensarte me bastara no te extrañaría tanto... si con besarte me fuera suficiente ya estaría entre tus brazos... como si amarte fuera tan sencillo como sólo verte, una simple reunión de almas emparejadas por destino, coincidencia o la imperante necesidad de estar con alguien.

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Mateo Moreno

lunes, 12 de mayo de 2014

Crónicas de un deseo...

Tengo tiempo de sobra para desearte, para recorrer cada centímetro, descifrando cada misterio que tu piel oculta.
Ahora sólo pienso disfrutar tu cuerpo lentamente y recorrerlo con caricias.
Te haré el amor observando cada sensación, registrando cada parte de ti y me aseguraré de que no haya lugar no recorrido.
Voy a sujetarte para hacerte mía, y así comerte a besos salvajemente sin dejar otra salida más que la resignación a ser tocada, acariciada y amada.
Ese erotismo que evoca tu cuerpo me tiene encadenado a tus piernas, obligándome a tomarte y a ceder a mi perversión.
Esta necesidad incontrolable de oler tu cuerpo es tan indomable y tan sutil al mismo tiempo que el no tenerte me hace padecer de manera masoquista, arañando mi subconsciente hasta llegar a esa locura de desearte con tanto arrebato que el placer se vuelva imperativo.
Ahora sólo estoy  en la espera una invitación sutil y oculta en tu mirada, para liberar todo este deseo en la superficie de tu cuerpo.

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Mateo Moreno

jueves, 1 de mayo de 2014

El amor a la soledad radica en mi paz interior...



Antes solía pensar que la soledad era algo antinatural, algo que no iba con mi forma de pensar.
Ahora ya la necesito. Gradualmente fui dándome cuenta  que la soledad es lo único constante en esta vida.
Que este rechazo consistía en el miedo a lo desconocido, al temor de perder lo ya seguro. Pero lo único que se tiene tangiblemente es nuestro ser.
Al estar tan empeñados en sentirnos acompañados no valoramos quienes somos, nos volvemos volubles ante tanta gente que nos rodea, caprichosos con quien se puede y sumisos con quienes admiramos.
El entendimiento de la libertad está en la soledad, en hacer inventario de nuestro sentir, de las cosas que amamos y detestamos.
Al final morimos solos, cruzamos solos, sólo nos llevamos lo que somos.
Todo lo dejamos, las posesiones y recuerdos son fácilmente perdidos, cambiados y olvidados.
Nuestro egocentrismo aumenta con los años, buscando dejar un legado, pronto empolvado por nuestras próximas generaciones, modificado a conveniencia de los perpetuadores de nuestra historia.
Fácilmente las cosas dan giros inesperados y la situación, nuestros amigos y familia cambiarán eventualmente.
Si todo de todo el amor invertido en toda esa gente lo dividiéramos hacia nosotros, tendríamos un egoísmo sano. La gente que no lo soporte se marginará por no aceptarte puramente.
En la soledad no hay engaños, somos como somos y no cambiamos.
La soledad es, en esencia nuestra forma desnuda de ser ante el mundo y nosotros mismos.
El rechazo a la soledad no es más que un error común de gente insegura, de falta de autoconocimiento y ausencia de carácter.
La soledad no es la ausencia de gente, sino el internalismo personal en toda su expresión.

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Mateo Moreno