He dejado de pensarte sin querer, pues queriéndote era como más te pensaba.
No me basta con tantas despedidas, no me es suficiente aceptarte perdida.
Puede que tu cuerpo haya olvidado al mío, pero esta alma no olvida la tuya.
Aún así mi hambre de ti no cesa y este hueco resuena ecos de amores olvidados, de deseos abandonados.
Quiero pensar que esta triste fuga, lejos de recordarte hará que mi vacío reconforte tu ausencia para que al fin se sacien mis ansias de ti.
Dentro de cada pequeño recordatorio de tu existencia destellan unos ojos, que secos dilatan al enfocar un viejo horizonte. Espejismos de un alma sedienta insolada por tu ausencia.
Ninguna travesía será más larga que tu búsqueda a diario en cada momento insignificante, que por un momento me haga sentirme contigo, aunque fuese un recuerdo de hace mucho tiempo.
--
Mateo Moreno