Hace meses que olvidé tu olvido, pero hace minutos que
extraño tu aroma.
Es esta nostalgia de soledad que regresa tus ausencias y tu
abandono se siente tangible al desempolvar esta añoranza por falta de tu
presencia.
Te recuerdo como un olvido presente, una omisión obligada
por tu falta.
No es necesario tenerte presente, aunque pretender no
perderte consuela tu carencia.
La pobreza de mis palabras se alimenta de una escasez
desesperada, pero subsiste de un apetito sádico.
Esta indolencia por algo que no está, carcome huecos creados
por vacíos que han sido el pilar de un abandono por el que un alma pena sin
consuelo.
Tu recuerdo figura en un olvido obligado por supervivencia.
Ahora no hace falta describir un dolor por algo inaparente,
que si se piensa como añoranza será la ruina del sistema actual.
Por ahora sólo pensaré en tu huida como un destierro de
sentimientos vanos de debilidad por nostalgias.
Mateo Moreno