lunes, 3 de marzo de 2014

Un amor condenado...

Si por amarte me juzgaran, sería culpable.
Sí por desearte me mataran, esperaría mi sentencia.
Sólo con ganas de hacerte mía me dirijo directo a mi condena, resignado a un camino fuera de todo mapa.
Me encuentro hojeando respuestas a dudas no planteadas antes de pensarte y encontrando deseos cautivos secuestrados por esta seducción irresistible.
Estoy así, bajo delitos cometidos que tiene mi alma condenada a un amor insaciable.
Impunemente el impulso de empaparme con tanto deseo, se vuelve enajenante y adictivo.
Pues es por pensarte que no puedo detenerme, marchando lentamente hacia mi inevitable destino.
Sólo queda resignarme ante un sentimiento que avasalle toda duda, todo miedo.
Pues el gusto por este juicio se va volviendo masoquista, disfrutando cada cargo en contra y saboreando cada delito cometido en tu cuerpo.
Dispuesto a pagar por cada crimen conocido, sonrío por aquellos no descubiertos, por saber que fueron los más perversos.
Si amarte es un crimen, soy culpable de todos los cargos.

--
Mateo Moreno