El amor desconoce el caos que vive un corazón abandonado, la locura de no entender el despecho ni la crueldad de un desamor.
Nace víctima de su ingenuidad y se aferra hasta morir, porque no conoce las últimas consecuencias.
El amor no se sacia ni con los anhelos más fervientes del alma, sigue su camino arrasando todo aquello en su paso y saqueando las alegrías de toda aquella mirada que cruzaba su camino.
Perverso sin conciencia, se deja deslumbrar por cariños fugaces que elevan la temperatura mientras endurece su propia armadura.
Siempre está presente, es evadido por muchos, pero anhelado por todos.
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Mateo Moreno