martes, 2 de mayo de 2017

Parches de un corazón viejo.

Puede ser que ya no quede nada en este corazón envejecido por desgracias, que lo único que pueda permitirse sea un amor maltrecho, arrugado, como ropa amontonada en un bote sin lavar.

Roto, con agujeros en las orillas de los parches, trata de mantener aislado el interior, pues a pesar de ser un corazón remendado, tiene fugas, por donde puede alcanzarse a ver el vacío interior, drenado por tanto esfuerzo de cariño.

Si bien el corazón de un viejo amargado puede mantener con vida un cuerpo gastado, no logrará remendar  la tristeza colada por los agujeros.

Los amores que tejen los parches más duros son los que  al escaparse desgarran las orillas de esas heridas remendadas.

--
Mateo Moreno